El uso de este material es una excelente manera de estimular tanto la motricidad fina como la motricidad gruesa de los niños. La forma en media luna de las piezas requiere que los niños unan las piezas ensartándolas en un lugar preciso y las hagan girar para lograr una unión fuerte y segura. Este proceso involucra movimientos precisos de las manos y los dedos, lo que contribuye al desarrollo de la motricidad fina.
Además, al trabajar con este material, los niños también tendrán la oportunidad de explorar y desarrollar su motricidad gruesa. Al ensamblar las piezas, deberán realizar movimientos de agarre, levantamiento y coordinación con los brazos y las manos, lo que fortalece y desarrolla la motricidad gruesa.
Adicionalmente, este material brinda la oportunidad de aprender conceptos esenciales, como las direcciones "arriba" y "abajo". Al ensamblar las piezas, los niños pueden comprender visualmente cómo se relacionan estas posiciones espaciales.