Los juegos de mesa son una parte importante en la vida de los adolescentes, ya que ofrecen numerosos beneficios que contribuyen a su desarrollo personal, social y emocional. A continuación, presentaremos una justificación de la importancia de estos juegos en la vida de los adolescentes.
En primer lugar, los juegos de mesa brindan la oportunidad de pasar tiempo de calidad con la familia. En un mundo cada vez más digitalizado, es común que los adolescentes se vean inmersos en sus dispositivos electrónicos, lo que puede llevar a la desconexión y a la falta de comunicación con sus seres queridos. Los juegos de mesa ofrecen una forma divertida y entretenida de reunirse en torno a una mesa y compartir momentos de risas, estrategias y competencia saludable. Este tiempo de calidad fortalece los lazos familiares, fomenta la comunicación y crea recuerdos duraderos.
Además, al jugar juegos de mesa, los adolescentes aprenden alternativas sanas para realizar durante su tiempo libre. Muchas veces, los jóvenes se ven tentados a participar en actividades menos productivas o incluso perjudiciales para su bienestar. Los juegos de mesa ofrecen una opción divertida y enriquecedora, que estimula su mente, desarrolla habilidades cognitivas como el pensamiento estratégico, la toma de decisiones y la resolución de problemas. Al involucrarse en juegos de mesa, los adolescentes canalizan su energía de manera positiva, aprendiendo a disfrutar de actividades creativas y desafiantes.
Asimismo, los juegos de mesa potencian el aprendizaje de saberes específicos y/o de normas de comportamiento social como valores. Cada juego de mesa tiene sus propias reglas y dinámicas, lo que implica que los adolescentes deben familiarizarse con ellas y seguirlas para poder participar de manera efectiva. Esto promueve el respeto por las normas, la habilidad para seguir instrucciones y la capacidad de adaptarse a diferentes situaciones. Además, muchos juegos de mesa fomentan el trabajo en equipo, la cooperación y la negociación, lo que contribuye a desarrollar habilidades sociales y emocionales fundamentales para la vida cotidiana.
Por último, los juegos de mesa promueven la unidad familiar. Cuando los adolescentes y sus familias se reúnen alrededor de un juego, se crea un ambiente de complicidad y diversión compartida. A través de la interacción lúdica, se fortalecen los lazos familiares, se generan momentos de alegría y se establece una conexión más profunda entre padres e hijos. Los juegos de mesa permiten a los adolescentes sentirse valorados, escuchados y parte activa de la familia, lo que contribuye a un ambiente familiar positivo y saludable.
Por estas razones, proponemos realizar un circuito de juegos de mesa con los siguientes 12 juegos:
